Es muy importante para Metalmalla que nuestros clientes conozcan algunos procesos mediante los cuáles logramos la calidad del producto de la cual estamos orgullosos.
El nivel de calidad que buscamos en Metalmalla no se consigue con magia, sino con mucho trabajo y con los procesos adecuados.
Uno de estos procesos es el Electrozincado.
El zincado o electrozincado es un proceso mediante el cual se adhiere una capa de zinc al acero, para protegerlo contra la corrosión.
Y ya que estamos… ¿Qué es la corrosión? Es el deterioro de un material cuando está en contacto con el aire y la humedad.
Pero volvamos a lo nuestro. El electrozincado es el método de recubrimiento electrolítico de acero más utilizado, que garantiza una protección razonable contra la corrosión y otorga una apariencia agradable a las piezas. Todo esto, a un coste más contenido. También se utiliza para mejorar la persistencia de la pintura.
Existen sectores muy importantes para la economía global que se benefician del electrozincado:
- Industria de la automoción: componentes del interior del coche.
- Construcción y arquitectura: puertas, ventanas, rejillas, piezas y aplicaciones que se quieran proteger contra la corrosión sin perjudicar la apariencia estética.
- Dispositivos de fijación: tornillos, tuercas, arandelas, clavos, etc.
Ahora bien, ¿en qué consiste puntualmente el proceso de electrozincado? Seguramente no es algo que puedas hacer en tu casa, pero vamos a intentar explicártelo.
Es un proceso que se lleva a cabo en frío. La capa de zinc usada es más fina (2-25 micras en continuo y 2,5-10 micras en discontinuo). A diferencia de otros revestimientos de zinc, el proceso es continuo y el espesor del revestimiento es mínimo, e implica una serie de baños y enjuagados antes del baño de zinc. Si necesitamos diferenciar la durabilidad de cada recubrimiento, la única variable que se maneja es el grosor de dicho recubrimiento. A mayor grosor, mayor durabilidad.
4 ventajas del zincado
Nos encantan las listas y si son ventajas mucho mejor:
- El espesor de la capa protectora de zinc, en comparación con la pintura o la galvanización, es inferior a las 30 micras: esto permite que el tamaño de la pieza no aumente mucho después del proceso, lo cual evita desajustes en el montaje posterior.
- El proceso se realiza a temperatura ambiente o incluso en frío, evitando deformar los materiales.
- El precio es otra de las grandes ventajas, ya que es un proceso más económico que otros recubrimientos.
- El acabado estético del zincado es excelente, no deja impurezas y muestra ese aspecto final fino y brillante. Nos permite, además, conseguir diferentes tipos de acabado según las necesidades.